Raíces culturales de la Psiquiatría en el Ecuador

El territorio que hoy constituye América Latina, a lo largo del tiempo ha recibido la influencia cultural de diversos grupos humanos, cada uno de ellos ha realizado su aporte a partir de los cuales surge el mestizaje cultural, elemento que se mantiene fluido, continuo, duradero, superando la crisis económica y la fragmentación política que son al momento el denominador común para nuestros países.

Carlos Fuentes dice “..la lírica náhuatl, la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz o la arquitectura Congonhas do Campo, son hechos estéticos auto suficientes. No reclaman en si mismos respuestas económicas o políticas, pero si indican, claro que si, modos de ser, maneras de pensar, de vivir, de vestir, de comer, de amar, de amueblar, de cantar, de hablar, de soñar, de moverse, de luchar.” Faltaría enunciar solamente : maneras de enfermar, de curar , de explicarse los fenómenos salud y enfermedad. “un hecho cultural simboliza y conjuga toda una manera de ser… y de estar. La cultura es la manera de dar respuesta a los desafíos de la existencia”. En América Latina, un gran porcentaje de la población lo constituyen mestizos e indígenas, que guardan estrechos vínculos con sus raíces prehispánicas, y que han asistido a un proceso de amalgamamiento cultural donde se confunde lo reverente con lo profano. Esta circunstancia, favorece el mantenimiento de una medicina aborigen cargada de magia y misticismo, que en muchas áreas rurales de nuestro continente, se constituye en la única alternativa curativa.

El presente trabajo pretende resumir las raíces culturales que determinan el que hacer médico psiquiátrico en nuestro país.

Ecuador, es un país con un muy antiguo acervo histórico, del que nos ejemplifican los hallazgos de los fósiles humanos de Otavalo, que datan de hace 28000 años. La cultura Valdivia presente en nuestro país 3500 años a.C., la cultura Guangala 500 años a.C. son, entre otras tantas culturas, innegable testimonio de nuestro más remoto pasado.

Los habitantes de nuestro territorio fueron sometidos a dos conquistas: la de los Incas y la Española, que han marcado su desarrollo cultural. Nuestra identidad es la resultante de una variada gama de elementos que a veces pueden resultar hasta antagónicos, pese a estar inmersos en el mismo proceso cultural.

El curanderismo y dentro de este el Chamanismo son las prácticas médicas que se han mantenido, debido a que ha logrado a través del tiempo y bajo la influencia cultural de los variados asentamientos humanos, enriquecer su metodología, hasta llegar a convertirse en un tratado empírico, con plena vigencia en amplias zonas del país. Al Chaman o curandero acuden, todos quienes sienten como parte de su identidad cultural estos métodos de medicina aborigen. Para ellos, la medicina científica occidentalista pasa a ser una medicina alternativa, pues esta desprovista del misticismo y la explicación cultural satisfactoria, además de que minimiza el contacto humano, la fe, la sugestión y la explicación etiológica que el Chamanismo ha dado a la enfermedad.

Para el Chaman la concepción del hombre es holística, reconoce la unidad psicosomática, y su práctica esta regida por los principios del arte de curar, los cuales los adquirió por transmisión oral. Estos fundamentos son:

   1. PRINCIPIO DEL CUERPO EXTRAÑO: común a todos los pueblos primitivos de todas las latitudes: los males proceden del mundo exterior. La enfermedad es el resultado del ingreso, en el cuerpo del enfermo, de alguna materia o influencia morbosa, unas veces visible (flechas, espinas, etc) otras invisible, producida por dioses o brujos. La terapia se basa en la expulsión del cuerpo extraño. Ante todo se tiene que identificar al enemigo. Uno de los más acusados fue el aire. El temible huayra (aire) traía en sí todos los males; desde el huasna-huayra (Eczema), hasta el aya -huayra(epilepsia).
   2. PRINCIPIO DE LAS EMANACIONES: éstas flotan en el ambiente o se están desprendiendo de él, algo malo emana hacia el enfermo. En el fondo es la raíz del ANIMISMO, pues, cerros, quebradas, nevados, son seres animados que influyen en la vida del hombre.
   3. EL PRINCIPIO DE LA PARTICIPACION, o Espíritu de Participación: se refiere a la acción de las hierbas curativas, por el espíritu que ellas encierran, por algo parecido en relación con el mal; es el caso de las bebidas “enserenadas” (Infusiones dejadas a lo largo de la noche fuera de la casa, para que tome propiedades del aire) contra el “HUAYRA”, parecido aquel otro principio de la medicina clásica del “similia simílibus curantur” (lo semejante cura lo semejante), que siglos más tarde enunciaría Haneman, en 1810, como base de su doctrina la Homeopatía.
   4. PRINCIPIO DEL EMPIRISMO. Poco a poco se vio que algunos medicamentos aplicados al principio intuitivamente, realmente curaban algunas enfermedades, y de esta experiencia acumulada surgió el Empirismo; experiencia en la que se basó, el uso de la quina (planta de la que se extrajo la quinina) para las calenturas, el del “chamico” (Daturas) como estupefaciente; del “Llantén” (plantago indie) como antiflogístico, etc.

Por otro lado, la utilización de plantas con un claro efecto sedante para la ansiedad, o euforizante para la depresión son también un recurso terapéutico importante, reconocido milenariamente por los Shamanes.

TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DEL CHAMAN


Las tribus primitivas del Ecuador, contaban con una rica gama de técnicas e instrumentos para la practica del Chamanismo, a continuación y de una forma general se destacan los de mayor importancia y que además eran compartidos por la mayor parte de pueblos primitivos.

   1. Las insignias, representaban señorío y poder mágico, por lo general eran utensilios ornamentales como medallones, cintillos con representaciones de animales salvajes como serpientes, jaguares, etc.
   2. La sugestión, elemento fundamental en la práctica médica de todo Chaman, uno de sus instrumentos predilectos fueron los espejos de obsidiana.
   3. Los mitos, de gran utilidad para las prácticas esotéricas y revelaciones.
   4. Las curaciones, para los padecimientos mentales utilizaron 2 practicas: mediante hiervas alucinógenas y las trepanaciones, estas últimas llevaban la intención de abrir un orificio por el cual escapen los espíritus generadores de la enfermedad.

PSICOFARMACOS SHAMANES


Hacemos referencia en esta sección, únicamente a los remedios con efectos directos sobre el sistema nervioso, empero no aspiramos a una revisión muy amplia ni completa, puesto que la riqueza vegetal en Ecuador es tan grande que hemos seleccionado las más utilizadas a través del tiempo por nuestros Shamanes.

   1. Polvos alucinógenos. Nuestros aborígenes inhalaban polvos alucinógenos por la nariz, mediante pipas de piedra y arcilla blanca, ésta no fue una práctica muy difundida en nuestro medio. Las plantas más utilizadas para este fin, sobre todo en la región litoral, fueron: las Virolas, también conocidas como “sangre de gallina” o “cahoba”.
          * La simora o cimora blanca es un cactus mezcalino(Trichocerus Pachanoi).
          * La cuyanguilla, o filtro erótico de los brujos de Ilumán.
   2. Bebidas alucinógenas. Fueron utilizadas por las tribus primitivas, únicamente para objetivos serios y sobrenaturales, no como diversión.
          * El Huantug o huar-huar, comúnmente conocido como floripondio (Datura arbórea o cándida), fue la planta más utilizada por los Shamanes, con efectos alucinógenos y anestésicos.          * El aya-huasca del género de las Bonisteriopsis, contiene los alucinógenos activos harmina y harmalina, derivados del indol. La existencia de esta planta y sus efectos fue dada a conocer por primera vez en el mundo occidental por el geógrafo Ecuatoriano Manuel Villavicencio en 1858, mismo que refiere.. “es una bebida narcótica como se puede suponer, y tarda pocos minutos en empezar a producir fenómenos muy extraños. Su acción excita, al parecer, el sistema nervioso; todos los sentidos cobran vida y se despiertan todas las facultades; se siente vértigo y un remolino en la cabeza, después una sensación de ser alzado en el aire y de emprender un viaje aéreo; durante los primeros instantes, el poseído empieza a ver apariciones deliciosísimas, en conformidad con sus ideas y conocimientos : los salvajes, dicen que ven lagos muy hermosos, selvas repletas de frutos, pájaros muy bonitos que les comunican las cosas más agradables y favorables que puedan desear escuchar, además de otras cosas hermosas relacionadas con su vida de salvajes. Pasado ese instante, empiezan a ver seres horrorosos que les devoran, termina su primer vuelo y descienden a la tierra para combatir los terrores que les comunican todas las adversidades y desgracias que les depara el futuro…”
            Las visiones más frecuentes entre los aborígenes fueron: Serpientes, jaguares, árboles inmensos, lagos llenos de anacondas, etc. Coinciden en despersonalización sensación de velocidad y un terminar el viaje con visiones terroríficas.
            El chaman primitivo utilizó preferentemente al ayahuasca, en infusión con otras plantas alucinógenas, como medios para el trance curativo para sacar a los espíritus malignos del cuerpo de sus pacientes.
          * El chamico, (Datura stramonium) que en quichua significa, “dar locura” se la utilizó como afrodisíaco y fuerte narcótico.
          * El shamana,(Dodonea Viscosa), fue utilizada mediante cataplasmas y baños para tratar padecimientos nerviosos y reumáticas.
          * La coca (Eritroxilium coca), fue considerada como planta sagrada, narcótica y analgésica, utilizada en el Ecuador mucho antes de la llegada de los Incas, incluso se la utilizó para permitir las trepanaciones. Se sabe que la región de Pimampiro, fue dedicada completamente al cultivo de la Coca.
            El Dr. Luis A. León, acerca del uso de la coca por nuestros aborígenes, indica, que el coqueo y el cocainismo, fueron practicas frecuentes. Por lo tanto se considera que las manifestaciones mentales, agudas y crónicas del coqueo, tuvieron una alta incidencia.
          * Entre otras hierbas con propiedades alucinógenas utilizadas para fines médicos , destacamos : el tabaco de la especie shaire (Nicotina lancifolia); el shanshi (Coriaria thymifolia); el shanin (Petunia violácea) y el tsímbalo (Solanum tuberosum).

Con la conquista de los INCAS, estas prácticas y concepciones no cambian substancialmente. Los Incas en cuanto al ejercicio de la medicina, habían logrado jerarquizarla de modo que el hechicero-médico era el INCHURI; el brujo con propiedades adivinatorias el SANCOYOC; el empírico, curandero, y chupador COMASCA; y los sabios médicos de la nobleza los AMAUTAS. En nuestro país prevalece la influencia del Comasca y sus prácticas de limpia y succión para curar el “espanto” y el “mal aire”.

Si bien muchos autores sostienen que los Incas, tenían como culto principal el del Sol, no es menos cierto la existencia de otras manifestaciones religiosas que estaban profundamente arraigadas entre sus habitantes, y que por ese carácter doméstico y familiar muchas de ellas han superado el coloniaje español. Estas creencias permitían a las personas crear símbolos místicos y talismanes, tan abundantes como elementos naturales les rodeaban, a estos símbolos se los denominó HUACAS, CONOPAS y APACHITAS.

HUACAS


Para lograr un buen nivel de comprensión, de los requisitos que debían reunir los diferentes objetos para ser considerados huacas, la mayor parte de historiadores asumen:

   1. Que a cuanto es extraordinario se considera dotado del poder Huaca, el cual se encuentra en las fuerzas naturales, en los muertos y en las cosas inanimadas.
   2. Que los poderes Huacas gobiernan el universo, e influyen en el mundo psicológico y en el físico.
   3. Que la cualidad Huaca es transmisible y contagiosa, y es ella la que da valor a las cosas.
   4. Que el nombre de Huaca sirve para designar a los dioses, a las cosas extraordinarias, a los templos.
   5. Que el carácter de huaca hace que se considere a muchas cosas como sagradas.
   6. Que la cualidad que da poder a los dioses , la tienen los LOCOS y todos los hombres dotados de alguna singularidad.
   7. Que a las huacas se dirigen oraciones, y que la cualidad divina parece no ser personal.
   8. Que huaca es encarnable en todos los seres de la naturaleza.

Este concepto de Huaca, guarda mucha similitud con los conceptos de mana y manitu presente en las tribus de los Malasios y entre los indios de América del norte. Por supuesto guardando la debida distancia evolutiva con estos pueblos.

Es interesante observar como a lo largo de los años y bajo la influencia cultural española, de alguna forma en nuestro país, frecuentemente se descubren manifestaciones de lo que en otro tiempo fue una huaca, por ejemplo muchas personas acostumbran a bendecir sus automóviles cuando los compran, idolatran imágenes y fotos de santos criollos, en la celebración de los difuntos acuden a los cementerios, llevando ofrendas, permanecen durante todo el día junto a la sepultura , ingieren bebidas alcohólicas, realizan peticiones al difunto y le comentan acerca de los sucesos que se presentaron en el transcurso de ese año con sus familiares.

LOS CONOPAS

Además de las huacas, que eran reverenciadas por toda una tribu, provincia, clan y que recibían culto público y general, había en el imperio de los incas, otro genero de objetos sagrados, llamados de diferentes maneras en las distintas regiones, los primeros colonizadores españoles las designaron como conopas, en la zona del altiplano recibían el nombre de chancas o de chuncur, y que han sido comprados con los dioses Lares y Penates de los antiguos romanos.

Estos pequeños objetos ocupaban importantísimo lugar en la vida de los antiguos habitantes del imperio; a ellos pedían consejo y de ellos esperaban socorro en sus necesidades. Sólo de un modo particular y secreto los reverenciaban y, en los oficios que les ofrecían, hacía ordinariamente de ministro aquel que los imploraba; pues solo rara vez llamaban con tal objeto a los hechiceros.

En Quichua los llamaban huasicamayoc , nombre que expresa muy bien su naturaleza doméstica y privada, ya que quiere decir el cuidador de la casa. Había conopas de diversas materias y figuras, si bien ordinariamente eran piedrecillas pequeñas, desprovistas de todo trabajo, y que tenían alguna particularidad, en su forma y en su color, sin que faltaran otras cuidadosamente labradas, imitando objetos naturales.

Los objetos que han servido de amuletos son variados, tales como piedras, o vegetales de forma singular, partes de animales o reliquias de muertos.

Muchos amuletos derivan su virtud de una semejanza más o menos real con el objeto, sobre el cual se les atribuye influencia. Los objetos adivinatorios, guardados durante largo tiempo y empleados a menudo, llegan a convertirse en amuletos, dotados de virtud para producir los hechos que predicen.

Los fines para los que sirven los amuletos son: 1°. curar o evitar ciertas enfermedades; 2°. librar de determinado

s peligros; 3°. dar buena suerte o vigor; 4°. la realización de determinados deseos, tales como éxito en el juego, aumento de riqueza, fructificación del ganado y sembríos, triunfos de amor, fertilidad, etc.

Testimonio actual de estos objetos, son los escapularios, brazaletes rojos para evitar el mal de ojo en los niños; los anillos de acero, para protegerse de la brujería; llevar siempre una copia de la magnífica (oración a la virgen María) que les protege de todo peligro, etc., etc.

LAS APACHITAS


Es frecuente en nuestros días encontrar en los caminos que conducen a los asentamientos indígenas, algunas cruces al costado del camino, que representan los sitios donde alguien murió o sufrió un accidente, al pasar por estos sitios los indígenas se santiguan y persignan, dándole un carácter muy similar al que tenían las apachitas.

La llegada de los españoles, trajo consigo la imposición de un nuevo orden filosófico en el cual al hombre se le dicotomiza en cuerpo y alma, el bien y el mal asumen inmediatamente otro tipo de connotación religiosa, basada en un modelo católico. Aparece un sistema de comercio mercantilista que permite el saqueo de los recursos naturales, fomenta la explotación por medio de la fuerza y el aparecimiento de diversos estratos socioeconómicos, dentro del cual el indígena ocupaba la última escala.

Despojados de sus tierras, sometidos a jornadas extenuantes de trabajo, mal alimentados, desprovistos de atención médica, marginados de la educación, el indígena ahora es simplemente un ser marginado, que debe aceptar la imposición cultural. Dentro de esta marginalidad el indígena, poco a poco adapta elementos autóctonos y foráneos en un sincretismo cultural.

Los primeros españoles en arribar a nuestro país, eran aventureros, con escasa formación académica, por lo tanto la interpretación que ellos daban a los preceptos sobre todo de tipo religioso era antojadiza e ignorante de los verdaderos objetivos. Esto repercutió notablemente en la formación que recibió la población mestiza, fomentando una práctica religiosa bastante distorsionada de la original, que permite incluso el incorporar creencias paganas, así las Huacas, Conopas y Apachitas, se transforman en santos amuletos, oraciones , grutas de adoración y sin número de creencias.

Dentro del campo de la medicina se produce el mismo tipo de influencia cultural que con la religión, con el agravante de que los grandes médicos se concentraban en las más importantes ciudades Europeas, sin ningún interés en atravesar el océano y llegar a estas tierras. El ejercicio médico entonces queda a cargo de un voluntariado religioso, con más buena voluntad que con formación científica. Ante este panorama, se establece un ejercicio empírico de la medicina, sujeto a la interpretación religiosa de la enfermedad, recordemos que durante los primeros tiempos de la conquista Española, la iglesia católica por medio de Los Tribunales Santos de la Inquisición, tenían suficiente poder para juzgar sobre los mas diversos aspectos del que hacer científico. La” Locura” entonces tiene otra interpretación para estos tribunales, y se la asume como fruto de la posesión diabólica, existen puntos de coincidencia entre las concepciones aborígenes y españolas de la enfermedad mental, las dos la reconocen como:

    * Manifestación sobrenatural.
    * Desconocen que se deba a una alteración orgánica.
    * No reconocen al cerebro como el asentamiento de esta patología.
    * Es producto de la posesión de un espíritu ajeno.
    * Se la ve con temor.
    * Debe ser tratada por personas entendidas en asuntos mágico-religiosos.
    * Ajena a todo proceso humano.

Son consideraciones generales que, difícilmente han sido superadas por nuestros habitantes, pues aún miran al paciente con trastornado, con una mezcla de temor y asombro.

Durante la época colonial y pese a la visión inquisidora que se tenía de toda práctica ajena a la religión católica, es cuando proliferan las prácticas de magia y hechicería entre nuestros aborígenes. Algunos sociólogos han explicado este hecho como el resultado de una frustración endémica derivada de la explotación a la que fueron sometidos, y por una agresividad no bien canalizada y que requería una forma alternativa de expresión. Esta agresividad se traduce por ejemplo en gente que acude al hechicero que lo ayude a PROYECTAR, sus secretas agresiones. El ejercicio de la brujería se convierte entonces, en una válvula de escape que permite expresar las agresiones resultantes de la frustración, sin atacar a las instituciones fundamentales de las cuales la población era tan dependiente.

El progreso de la medicina occidental, indirectamente también favorece al curanderismo, debido a que cada vez adquiere un mayor refinamiento, que la aleja de las masas populares. Las especialidades médicas que constituyen un modelo de atención que súbitamente cambió los esquemas del medico de cabecera que “todo lo remediaba” y a cuyo ejercicio la gente se había acostumbrado. El especialista sabe mas pero menos y cuesta mas, por lo que su accesibilidad esta reducida a un pequeño estrato poblacional, al menos a nivel de práctica privada. Al parecer este hecho incrementa la difusión hacia las áreas urbanas de la practica del curanderismo. Otras razones son, el subdesarrollo, y la migración del campesino hacia áreas urbanas. Trastornos como el Espanto, el mal de ojo, el mal aire, el mal del arco iris, hasta hace algún tiempo limitados a la población indígena del área rural, hoy son vistas en las ciudades por curanderos que han trasladado su práctica desde la zona rural a los barrios marginales de las ciudades mas pobladas como Quito y Guayaquil

Para tener una visión más clara tomemos al Espanto, como ejemplo de estas entidades:

“El Espanto, sobre todo se presenta en los niños, puede ser producido por varios agentes del medio ambiente, uno de estos factores hace referencia a un susto o temor súbito ante un estímulo amenazante y sorpresivo. Dentro de las características clínicas se mencionan síntomas variados, pero dentro del núcleo sintomático encontramos: irritabilidad, llanto fácil, astenia, anorexia, insomnio, intolerancia a los ruidos, terrores nocturnos, crisis de temblor y sudoración, taquicardia, fenómenos gastrointestinales como diarrea, vómito, que a veces pueden cobrar características muy agudas. El paciente reduce sus actividades notablemente, rehuye los contactos sociales, y muestra lentitud y morosidad en todos sus movimientos, sin embargo, reacciona intensamente a estímulos molestos y hay una marcada labilidad emocional. Los niños insisten tenazmente en no separarse de su madre, muestran deterioro de los hábitos higiénicos”.

Como podemos ver, es un cuadro clínico tan polimorfo y polisistémico que se constituye en un verdadero laberinto poder sugerir un diagnóstico clínico único. Sin embargo, para el curandero no constituye ningún problema el diagnosticarlo, y tratarlo. Y es que a diferencia de la medicina moderna, donde el rigor científico exige el planteamiento de un diagnóstico previo, a la formulación terapéutica; en la medicina aborigen ocurre todo lo contrario. Las manifestaciones sintomáticas no tienen la misma importancia, ya que son tan solo un signo de que el Mal ha entrado en una persona. El Chaman envestido con todo el poder que ha obtenido del BIEN, enfrenta directamente el MAL , en una lucha simbólica que exige un gran despliegue de energía, tanto para el paciente como para él mismo.

Al igual que el Espanto todas las demás entidades de la medicina aborigen, no solo comparten la multiplicidad sintomática, sino también la presencia

de síntomas psicopatológicos, entre los que se destacan las manifestaciones de ANSIEDAD Y DEPRESION. A nivel de consulta psiquiátrica, con frecuencia encontramos que para los pacientes, los trastornos como ansiedad y depresión, son objeto de las más diversas especulaciones, generadas tanto por el limitado conocimiento, que de ellos se tiene, así como por el peso de la interpretación cultural que han recibido del medio social.

El paciente al experimentar síntomas de ansiedad o depresión, no los reconoce, ni los acepta como partes de un cuadro psiquiátrico.

De este modo no nos resulta sorprendente, por ejemplo el escuchar de pacientes con crisis de pánico, el largo peregrinar por los servicios de cardiología, endocrinología, neumología, etc, donde recibieron tratamientos en base a benzodiazepínicos no específicos o a dosis subterapéuticas, aparte de una larga lista de estudios de laboratorio y gabinete tan caros como innecesarios.

Este fracaso aparente de la medicina moderna, a ojos del paciente, lo lleva a volcar sus esperanzas en la medicina aborigen. El psiquiatra constituye una alternativa final, luego de que incluso la medicina aborigen ha fracasado.

Conclusiones

Al abordar el tema de las raíces culturales de la Psiquiatría, hacemos referencia a un rico cúmulo de elementos aportados por las sociedades precedentes, y que han logrado perdurar en el tiempo, acoplando los aportes que el avance ofrece, pero sin apartarse del tradicional y particular enfoque de sus creencias.

Estos elementos culturales transmitidos de una a otra generación forman un gran tratado que se conoce como tradición, que confiere un valor sólido de identidad y pertenencia a un grupo y a una realidad. El peso que estos factores tienen a la hora de enfrentar el avance tecnológico es innegable, más aún en países en vías de desarrollo como el nuestro, donde se pueden plantear incluso como elementos de resistencia ante el progreso.

En Ecuador la influencia de las culturas prehispánicas, se puede detectar en diversas manifestaciones del que hacer diario de nuestra sociedad, que ha logrado establecer un verdadero código de símbolos, implícitamente aceptados y practicados por todos quienes encuentran un sentido propio. Pero estos factores culturales, no se han estancado en el tiempo, y han asistido a un proceso evolutivo, acorde a la evolución a la que esta sujeta la sociedad. Sin embargo todo lo que implica cambio, genera diversos niveles de desconfianza entre nuestra población, independientemente del valor científico demostrado por éste.

Para la medicina y muy particularmente para la Psiquiatría, el enfrentar y superar toda esta estructura cultural, ha supuesto un duro reto, en el que no basta la imposición per se de los avances internacionales, para su aceptación. Ahora, trastornos como las crisis de Pánico, estrés pos traumático agudo, distimia, entre muchos otros diagnósticos, se los ve con mas naturalidad llegando a un buen nivel de comprensión, desmitificando viejos prejuicios y creencias que en lo único que contribuían era en ahondar el sufrimiento de quien padecía estos trastornos.

Un elemento que es necesario mencionar es que desafortunadamente la mayor parte de psiquiatras formados se han ubicado en las grandes ciudades, en el área rural hay un gran vacío en lo que a materia de psiquiatría se refiere, y probablemente la futura dirección que deba tomarse sea la organización de una práctica comunitaria en la cual el trabajo no deberá estar antagonizando con el de la medicina aborigen sino, probablemente incluyendo al chaman en el equipo de salud al cual podríamos denominar interdisciplinario, en su verdadero significado.

Comments are closed.