Salud y enfermedad para los nivaclé

 

Las capacidades se aplican al medio en que se vive, por eso los Nivaclé dominamos el Chaco con sus montes y los ríos que hoy están y mañana se es-conden, por eso a algunos, que hemos recibido el Canto, Fitsô´c´ôyiech (nombre de Dios) nos permite utilizar las plantas y los animales según nuestra necesidad, no sólo para la comida, sino también para curar. Por eso agradezco este encuentro, entre indios y blancos. De esta manera podemos compartir nuestros “saberes” y sentir la alegría de que se nos acepta con nues-tras diferencias, tal cuál somos, y nosotros podremos aprender de ustedes aquellas sabidurías que no sean contrarias a las nuestras. De esta manera podré contar a mi pueblo que hay un futuro de manos unidas y de amistad. Con la unión los indios dejaremos de ser los más pobres entre los pobres y los blancos apreciarán lo que aún no se ha perdido.

QUE ES LA ENFERMEDAD PARA LA NACIÓN NIVACLÉ

Mi pueblo sabe que la enfermedad es el mal que nunca descansa y las palabras o sentimientos malos son recibidos por el cuerpo que no las aguanta y las personas se hacen tristes, por eso aparecen las enfermedades. Cada uno recibe hasta que no puede aguantar más y aparece la enfermedad, en nuestra cultura no tienen nombres específicos como en la de los blancos.

Cuando le digo a alguno de los nuestros que hacer para no enfermarse, me acuerdo de mi abuelo Côníz So´ k´oy Pacó, que no quería recibir las palabras malas, y con su fuerza y amor lograba atajar, y entonces algunos que quieren hacer problemas mi abuelo con la ayuda de sus espíritus amigos lograba disolver las malas palabras .

Así como mi abuelo, procedía mi tío abuelo Tofai. Por caciques como ellos, nuestra nación Nivaclé, llegó a ser fuerte y numerosa. Pero cuando llegaron los blancos, que despreciaban nuestros conocimientos, regalando ropa y comida a nuestra gente, estos dejaron de escucharnos. Además traen su medicina, que cura algunas de sus propias enfermedades y le decían a los pobladores del Chaco que no había sabiduría antigua, que esta era superstición.

Por eso hoy día nos cuesta estar unidos.

En tiempos antiguos mi abuelo Côníz y mi tío abuelo Tofai, temprano cada día les decían a su pueblo: ya amaneció gente, hay que levantarse, y buscar alimentos para todos. Antes de que salieran para el monte o el río les hablaban de nuestra cultura, de la forma en que debíamos proceder entre nosotros, del compartir y el amarse.

Cuando alguno estaba macaneando en el pueblo, el médico que reconoce a quien está haciendo mal a alguno, lo manda para otro pueblo, y el que habló o actuó mal se tenia que ir.

Entre médicos se luchaba también, porque algunos sólo querían hacer el bien y otros el mal.

Por medio del sueño sabíamos, y aún hoy, sabemos bien como es que alguno está macaneando. Pero antes el pueblo confiaba en quien les había sal-vado más veces de las enfermedades.

COMO CURAMOS LOS TÔYE´EJ

Algunos cuando curan primero cantan y cuando están cerca de la enfermedad chupan el lugar donde está y cuando la sacan ya no molesta más, otros escupen y soplan para sacar el bicho que el blanco llama enfermedad.

Cada uno toma la forma de curar que mejor se adapta a sí mismo y al espíritu que le acompaña. Nuestros remedios son yerbas, remedios y plantas también.

Yo curo con mis manos nomás, con los secretos que me enseñó mi abuelo. El no chupaba sólo lo quitaba con sus manos, pero el canto que me dio mi espíritu amigo, siempre está presente. Cuando saco los bichos no puedo mostrarlos porque son muy rápidos, se escapan para cualquier lado, saltan y si encuentran una persona pasan a ella. Mato con mi mano por eso al correr de los años, debo utilizar alcohol, cremas mentoladas o alguna cosa que los atonte y no pasen a mi cuerpo. Cuando aflojo la mano saltan, son resbalosos, he curado lo que los blancos llaman cáncer, parálisis infantil, sordera, mudez y otras dolencias. Aún después que el paciente se fue a su casa yo sigo pidiendo a Fitsô´c´ôyiech (N.T: El nombre de su Dios) que me ayude, continuando con la curación de esa persona.

Como medicina le digo al que tiene la enfermedad que tome agua tibia en ayunas, porque ésta ayuda a limpiar el cuerpo. Cuando el enfermo está dé-bil, le recomiendo que tome miel de abejas silvestres disuelta en agua tibia, pero que no sea tan dulce.

CUANDO TSI´ CH´É´ (El maligno / El Diablo) SE LLEVA EL ALMA

Cuando TSI´ CH´É se lleva el alma del enfermo, el espíritu auxiliar del médico sale a buscarla y éste pelea con TSI´ CH´É hasta que recupera el alma del enfermo y se la trae de regreso y la coloca en el lugar de donde la sacó.

Pero no sólo TSI´ CH´E´ saca el espíritu, también se lo lleva la sombra. Y los “Santos” de los blancos también se lleva el alma. En estos casos el en-fermo queda flaco, triste y vacío.

Por eso le molesta y no puede hablar ni contar que es lo que siente en el cuerpo. Le ha dejado mudo, en este caso también se debe luchar para recuperar el alma y dejársela al dueño, quien en seguida se siente calmado. Mis Ihavtô ( ) vigilando mi cuerpo, me permiten viajar con el alma a otras regiones a buscar las almas robadas al enfermo. Para nosotros los Nivaclé la curación es la captura y reposición del alma por intermedio del chaman.

Como en un semisueño yo recibo de mi espíritu amigo el tiempo que tiene que durar el tratamiento, cuando pasan los días yo no puedo dormir, estoy pidiendo a Fitsô´c´ôyiech por la persona dueña de la enfermedad. Saber que estoy cumpliendo con mi alma y que el paciente se cura me da mucha alegría.

COMO SE LLEGA A SER TÔIYE´EJ

Para un TÔIYE´EJ, la curación tiene plena vigencia, aunque la relación con el mundo espiritual es un poco arriesgada, pero es allí donde está la vida con real importancia, más que las cosas que se ven y se tocan.

Quien es TÔIYE´EJ por vocación, lo es por el bien de la comunidad, no para él sólo. Para curar no utilizamos ninguna ropa o casa en especial, sino que es parte de la vida cotidiana.

Lo que no podemos curar son algunas de las enfermedades que nuestro pueblo agarró cuando vino el blanco: asma, tuberculosis, sarampión y gripe, entre otras.

Todas nuestras comunidades tienen un TÔIYE´EJ, recibimos una vocación y un espíritu auxiliar, o sea: Nuestro poder por medio de una revelación o introducción de un maestro, que nos hace pasar por una prueba muy grande. Côníz So´ k´oy Pacó, mi “chuchú” (abuelo), tenia muchos cantos que a mi me gustaban y siempre cantábamos juntos, el fué quien me enseñó a curar, me mostraba su alma mientras cantábamos. Es muy alta su alma, aún hoy la veo y me comunica muchas sabidurías del mundo de los espíritus.

También cantábamos para pedir la lluvia, pero cuando se comenzaban a juntar las nubes las mujeres nos pedían que esperáramos para poder juntar todas las frutas del algarrobo, y de esta manera no se mojaban.

RELACIÓN ENTRE EL TÔIYE´EJ Y LA MEDICINA DEL BLANCO

Por mi parte no hay inconveniente, si una enfermedad no es tratable con mi medicina, en enviarle a otro chaman o al médico blanco. Pero ellos no siempre nos envían a nosotros los enfermos. Muchos médicos y enfermeros de hospital, no creen en nosotros, pero tampoco son capaces de reconocer, que un enfermo se les está muriendo, y que otro tipo de medicina sea a lo mejor más efectiva.

Ellos se molestan cuando sus inyecciones no están dando resultado, y el enfermo recurre al Chaman de su comunidad, este le dice que suspenda las medicinas de inyecciones y de pastillas, para que él pueda curarle. Porque es que en muchos casos están recetadas sin que revicen bien al enfermo y le dan la que les parece.

Además en muchos casos las medicinas del blanco son tan fuertes, que pasan hasta mi y me quitan fuerzas. Aún hoy se enojan las monjas o las enf

ermeras cuando un enfermo recurre a mi, ellos no creen en la sabiduría de mi pueblo.

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