Filosofías de Africa

FILOSOFÍA BANTÚ

La publicación en 1945 de La Philosophie Bantoue, de Placide Tempels, es considerada como el inicio de los estudios contemporaneos sobre los sistemas filosóficos africanos.

Aunque estos estudios se han desarrollado mucho en los últimos cincuenta años, y a menudo las conclusiones son divergentes con las propuestas iniciales de Tempels, a continuación se presentan algunos de los principios filosóficos que Tempels consideraba como fundamentales en los pueblos bantús que estudió, en la actual República Democrática del Congo.

Según él, la idea fundamental de la ontología bantú es bumi, la fuerza vital; salvaguardar y reforzar esta fuerza es kupanda, mientras que la disminución de la misma es kufwa, y la muerte es kufwididila. Todas las experiencias de la vida estarían conducidas por este concepto.

Esta Fuerza Vital está presente en la fuerza creadora o Dios, en los espíritus creados, en los seres humanos (vivos y difuntos), en los animales, las plantas y los seres materiales. Pero con una diferencia entre Dios y el resto: mientras que el primero posee la fuerza vital por sí mismo, en los demás esa fuerza vital habría sido creada por el primero. Esta fuerza vital puede ser reforzada, disminuida e incluso destruida.

La Fuerza Creadora al dar la fuerza vital al resto de los seres lo hace con diferentes rangos en función del ser y los seres de mayor rango pueden influir en el reforzamiento, disminución o desaparición de su propia fuerza vital y de los seres con fuerza vital inferior. Así, los seres humanos (vivos o difuntos) estarían a la cabeza de esa jerarquía y tendrían la capacidad de aumentar, disminuir y anular su propia fuerza vital y la de los seres de inferior fuerza vital.

Un concepto presente en la filosofía bantú, pero también en otras filosofías africanas, es la idea de la armonía entre todos los cuatro elementos que componen la existencia:   1. Dios, o la fuerza creadora, en la cumbre de todo lo que existe; 2. Los seres humanos (vivos y que vivieron), en el medio; 3. Los seres animados no humanos; 4. Los objetos inanimados, en el último nivel de la fuerza vital. El mundo depende en la norma de conducta que favorezca o desfavorezca eel equilibrio, la armonía entre estas fuerzas interrelacionadas.

Teniendo en cuenta la gran diversidad de pueblos con idiomas del tronco lingüístico bantú y sus diferentes origenes y relaciones a lo largo de la historia, en absoluto hay una uniformidad en los principios filosóficos que rigen la vida de los mismos. Como ejemplo, a continuación, exponemos algunas de las características más generales en el caso de los pueblos bantús de Ruanda.

En la filosofía Bantú-Ruandesa encontramos el “Muntu” : el hombre, la persona, el asunto, el inventor, el autor, el artesano de la situación (persona viva o difunta); después, el “Kintu”: el objeto, la cosa, la víctima de la situación; después, el “Kuntu”: el cuando, la forma; y finalmente, el “Hantu” : el lugar, la posición del evento.

La raíz común a estos cuatro elementos es el “ntu”. Ntu es que la fuerza universal que se manifiesta en todo lo que existe, visible o invisible. El “muntu”, es decir, la persona viva o difunta es la unica criatura que tiene la capacidad del” Nommo”, la fuerza que le proporciona la capacidad de la palabra. El kintu contiene todas las fuerzas que no pueden actuar por sí mismas sino que pueden ser dirigidas por el muntu: los animales, las plantas, los metales, las piedras, etc. Todos ellos son ” bintus” (plural de kintu). El kuntu también contiene la fuerza de las formas pero tal fuerza no es autónoma, no puede representar una forma fuera de su autor, del muntu. El hantu que contiene espacio y tiempo, es finalmente la fuerza gracias a la cual cada existencia está en movimiento continuo.

El Nommo es la energía vital que nace con cada vida humana y que le proporciona su inteligencia, la capacidad de hablar y que interviene en la fertilización, pero no es suficiente para producir un nuevo ser humano completo, un muntu. Éste sólo estará completo cuando los que lo engendraron le en un nombre. Antes de esto sigue siendo un kintu, y si muriera, su fuerza vital desaparecería y no continuaría existiendo en el mundo de los muertos.

 FILOSOFÍA AKAN

A partir de la Cosmología Akan podemos descubrir los principios filosóficos , o más concretamente, los fundamentos que rigen la metafísica akan. En ésta, el ser humano está compuesto por tres elementos : okra, sunsum y honam.

El okra es la esencia de la vida de cada persona y portador de su destino. Es parte del Ser Supremo por lo que tiene un carácter divino, es anterior a la existencia de la persona y sigue existiendo tras la muerte de ésta. Por esto, suele traducirse como el alma humana, comparable al alma de otros sistemas filosóficos. Su manifestación física es el honhom o respiración

El sunsum, que suele traducirse como el espíritu de la persona, es la parte espiritual que desaparece con la muerte y es el portador del carácter y personalidad de su portador, es decir, es quien define las características psicológicas de una persona.   Su diferencia con el okra es más manifiesta durante el sueño, periodo durante el cual el okra permanece dentro de la persona como lo demuestra la permanencia del honhom, mientras que el sunsum puede abandonar el cuerpo para viajar libremente e incluso, puede relacionarse con el sunsum de otras personas.  Esta idea de que el espíritu de la persona puede dejar el cuerpo durante el sueño no es exclusivo del pensamiento akan sino que está muy extendido en muchos pueblos africanos.

El honam es el cuerpo físico de la persona

Cuando una persona enferma, su enfermedad puede tener causas físicas, afectando al honam, o causas espirituales que afectan al sunsum y se manifiesta sísicamente en el honam. En este caso, los tratamientos para curar la enfermedad física no tendrán efectos si previamente no se cura sus causas espirituales.

 FILOSOFÍA IGBO

Para entender la base de la filosofía Igbo, es necesario entender el concepto Igbo del Cosmos. El Cosmos es entendido como un espacio infinito de seres visibles y invisibles. Este Cosmos contiene cuatro fuerzas interrelacionadas: Okike, Alusi, Mmuo y Uwa.

Okike o la Fuerza Creadora, personalizada en Chi Okike, o Dios de la Creación, es la fuerza de donde emanan todas las demás fuerzas. Chineke está alejado de la percepción de los humanos, no es un espíritu ni tiene ninguna forma física pero influye en nuestro mundo. Es la fuerza creadora de todo lo visible y lo invisible. Las fuerzas que nos ayudan o perjudican en nuestras vidas y las fuerzas físicas del universo, todas ellas han sido puestas por esta Fuerza Suprema, por razones definidas, para coexistir en armonía y favorecer su multiplicación y evolución.

Alusi son fuerzas sobrenaturales que a veces asumen los atributos de los seres humanos. Cada comunidad suele respetar y venerar a una de estas fuerzas o deidades.

Mmuo son los espíritus de los que vivieron, de los antepasados. Cuando muere un hombre o una mujer que han llevado una vida de personas buenas con los suyos y su comunidad, pueden convertirse en un nna-mmuo o una nne-mmuo, un espíritu protector de su familia y su comunidad. En cambio, cuando un hombre o una mujer han sido negativas para los suyos, o cometieron pecados imperdonables, pueden convertirse en un ekwensu, o espíritu maligno, en una owummiri, especie de sirena maligna, en un amaosu, sanguijuela, vampiro o algún otro espíri

tu del mal.

Uwa es nuestro mundo, o la fuerza de la Naturaleza. Éste es el mundo en el que vivimos, se compone de dos partes distintas: Igwe y Ala:

    * Igwe es el firmamento, y se compone de Ulukpu (las nubes), Onwa (la luna), Alaigwe (los planetas) e Ikuku (los vientos).
    * Ala, la tierra, compuesta de Mmadu (los seres humanos), Anumanu (los animales), Ofia (los bosques, la vegetación) y Mmiri (el agua)

Todas estas fuerzas y componentes de cada fuerza están interrelacionados y en armonía entre si. Por ejemplo, entre los diferentes componentes de la tierra se da una coexistencia constructiva que asegura la no extinción en el futuro de la cadena alimenticia, y la fuerza de la Naturaleza controla incluso las actividades de espíritus buenos y malos que de vez en cuando intentan dirigir erradamente el destino de seres humanos.

FILOSOFÍA YORUBA

Tradicionalmente, los Yoruba han sostenido, la existencia de una concepción tripartita de la persona: “Ara” o cuerpo físico, “Emi” o mente-alma, y “Ori” o la cabeza interna.

En la cosmogonía yoruba esta concepción se explica de la siguiente manera:

Primero, se dice que Olodumare, Dios Creador, asigna a Orinansla, una deidad de la Creación, la formación del cuerpo físico de una persona. Así Orinansla moldea el pecho, los huesos, los músculos y los órganos principales. La cabeza física y el cerebro serían compuestos por otra deidad, Ajala; y los brazos, manos, piernas,etc…, por una deidad Ogun, dios del hierro.

Una vez Ara, el cuerpo físico, está satisfactoriamente compuesto, se dice que Olodumare le proporciona el Emi (alma) y la respiración divina de la vida. Este Emi sería el proveedor de las facultades mentales.

Después de que se ha añadido el Emi al Ara (cuerpo físico), se cree que otra divinidad, Ajala, termina el proceso proporcionándole la cabeza interna esencial a Ara llamado Ori que es el portador del destino de una persona y su personalidad. La traición oral yoruba dice que este Ori es puesto en la persona y no es elegido por ella, por lo que parece deducirse que la persona no dispone del llamado “libre albedrío”.

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