Proverbios africanos

La enfermedad llega cabalgando un corcel
   y se aleja montada sobre una tortuga.
(Bambara)
 
Aunque el mar esté colmado,
la lluvia sigue cayendo sobre él.
(Basuto)
 
  Más vale dar poco que prometerlo.
    (Malinké)
 
Si el lagarto come pimienta la rama sudará.
     (Akan)
 
No preguntes al cazador qué tal le ha ido
 si lo ves regresar con setas.
(Ashanti)
 
El ojo no lleva carga
pero sabe cuánta puede soportar la cabeza.
(Wolob)
 
Conviene no aplaudir demasiado a un bailarín
para que no yerre el paso.
(Bamileké)
 
Cuando el leopardo está ausente la gacela baila.
(Kongo)
 
Más vale que los dientes no riñan con la lengua.
(Baulé)
 
Los carneros despiertan la admiración
   de quienes nunca vieron a un toro.
(Peul)
 
Aunque vayas a cazar elefantes
recoge el caracol que encuentres en el camino.
(Mbedé)
 
Las tierras del bribón son extensas,
pero producen poco trigo.
   (Bambara)
 
El carcelero es un prisionero más.
(Bamileké)
 
El cuchillo demasiado afilado
   desgarra su propia vaina.
   (Bambara)
 
La marca que produce el látigo desaparece;
 la huella de la injuria jamás.
   (Malinké)
 
 
El mono nunca es demasiado viejo
 para subirse a un árbol.
(Bamileké)
 
El río sigue su curso sin aguardar al sediento.
    (Gikuyu)
 
El arquero no vino al mundo con arco.
(Ashanti)
 
La sal no dice de sí misma que es salada.
(Abé)
 
Nunca se jactó la tortuga
de poseer un cuello esbelto.
   (Malinké)
 
  El mundo es un cántaro de agua
cuando hemos bebido de él lo pasamos
al siguiente, porque ha llegado su turno.
(Bambara)

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